Hoy quiero hablar sobre por qué considero importante encontrar la pasión en la vida de una mujer. En la tuya, que lees estas líneas que escribo.
¿Cuántas veces te has parado a preguntarte si eres realmente feliz? Y, más importante aún: ¿cuántas veces te has respondido con honestidad?
En este post te explicaré las claves para encontrar tu pasión y mi experiencia ayudando a mujeres en este viaje tan duro, pero a la vez satisfactorio.
1. ¿Por qué no somos felices?
2. Cómo comenzar a encontrar tu pasión
3. La verdadera felicidad: la pasión
Encontrar la pasión en la vida: ¿por qué no somos felices?
Muchísimas mujeres que he conocido a lo largo de mi vida sin duda no eran felices. Afortunadamente, hoy me rodeo de personas conscientes, que se han preocupado por hacer un trabajo interior intenso.
Esas que se molestan en hacerse preguntas incómodas, a las que tanto nos cuesta enfrentarnos. Son cuestiones necesarias, y esas mujeres han decidido romper con ese modelo de “vida ideal”.
Ese modelo, que llevan décadas tratando de meternos hasta la médula y han querido hacernos creer que es la meta de la felicidad, el “no va más” de la realización personal.
Sabes de qué modelo te hablo, ¿verdad?
Ese según el cual no hay en la vida nada mejor ni más importante a lo que aspirar que a tener una casa en propiedad, haber encontrado al amor de tu vida a los veintitantos. Estar casada a los treinta y pocos y tener un par de hijos. Y, por supuesto, haber estudiado una carrera universitaria y un máster (¡mejor si son dos!), que te permitan encontrar un trabajo estable y de éxito con el que costear ese nivel de vida tan ideal.
Y, sin embargo, cada vez que me topo con una mujer que lucha por alcanzar ese modelo de vida ideal como si no hubiera otro posible, me doy cuenta de que en realidad está vacía. Son mujeres huecas. No han logrado encontrar la pasión en la vida.
No me refiero a que no tengan un mundo interior propio, porque todos en mayor o menor medida tenemos un mundo interior que alimentamos a base de sueños, unos más realistas y otros menos.
Me refiero al hecho de que son mujeres sin rumbo. Lo cual es sumamente paradójico, teniendo en cuenta que los pasos a seguir en su vida están bien marcados desde el momento de terminar la enseñanza media.
Cómo dar el primer paso para encontrar tu pasión en la vida
Entonces empiezan a vivir una vida prefabricada, como casi todas, como yo también hice en su momento. Seguir el rumbo que otros habían marcado para mí, con demasiado miedo para alejarme de ese modelo de vida que la sociedad no paraba de decirme que era el camino asegurado al éxito y la felicidad. «Encontrar tu pasión en la vida es esto», me dirían.
Hasta que, un buen día, me detuve a observar y pensé “si este es el camino al éxito profesional y personal y el que sigue el 95 % del primer mundo, ¿por qué la inmensa mayoría de las personas son infelices?”
Cuando te das cuenta de este simple hecho entiendes que algo no está bien. ¿Cómo puede ser que un único modelo de vida sea el adecuado para miles de millones de personas, cada una con sus circunstancias y con su propio mundo interior?
Y el problema es que la inmensa mayoría de la humanidad no se hace la pregunta clave, esa pregunta que no nos han enseñado a hacernos y que tendría que ser ritual de paso obligatorio ante cada una de las decisiones que se nos plantean en la vida:
¿Qué quiero YO?
Y tiene mucho sentido, porque cuando te preguntas qué es lo que tú realmente quieres en tu vida, tienes que enfrentarte a todo lo que hay en tu vida en la actualidad que no te gusta. A esa realidad que has creado para ti sin preguntarte si te hacía realmente feliz o si llenaba tu corazón de alegría.
¿Qué alegría puede haber en pasarte ocho horas al día, cinco días a la semana, haciendo un trabajo que no te gusta, que te estresa y donde sientes que no se te valora? ¿Y en que todos los meses llegues justita de dinero a fin de mes? ¿Qué felicidad puede haber en comprarte una casa propia si implica que tendrás que hipotecar tu vida y tus ingresos durante los próximos veinte o treinta años?
La verdadera felicidad: la pasión
No puede haberla, es imposible. Porque eso no es vivir, a eso se le llama sobrevivir. Y sobrevivir implica eliminar el elemento de la pasión de la ecuación. Me refiero a la pasión que provoca el hacer algo que te encanta. Cuando parece que te faltan horas, que por muy cansada que estés siempre tienes más energía para esa actividad que tanto disfrutas, que se te ensancha el corazón cuando piensas en ello.
Es una de las sensaciones más maravillosas del mundo ¿verdad? Pero, dime ¿cuántas veces has tenido esa sensación por tu propia vida? ¿Cuántas veces has sentido pasión por tu vida, por esa realidad que creas para ti a diario? Encontrar la pasión en la vida tiene mucho que ver con esto.
Para las mujeres, sentir pasión es una necesidad yo diría que vital. La diferencia entre una mujer que se siente apasionada por su vida y otra que no lo está es enorme, y se nota prácticamente a simple vista.
A la primera le brillan los ojos, rebosa alegría y tiene determinación. La segunda parece que tiene un nubarrón negro sobre su cabeza constantemente, aunque intente poner una sonrisa en su rostro sus ojos la delatan: no es feliz, porque a su vida le falta ese ingrediente esencial.
Las mujeres somos cíclicas, y en nuestro ciclar hay épocas en las que estamos más conectadas con la pasión y otras en que lo estamos menos. Pero lo que no puede faltar son prácticas o actividades que nos conecten con ella. Porque la pasión se trasluce en todos los ámbitos de nuestra vida.
No se trata solo de sentirnos más plenas y motivadas, sino también de dedicarle más tiempo y energía a nuestras relaciones interpersonales
Y, por supuesto, a tu relación de pareja, si es que la tienes en estos momentos. Sentir motivación cuando te levantas de la cama, de tener ganas de cuidarte más, cuidar más lo que comes, hacer ejercicio, apuntarte a clases de bachata, sacar del armario esas prendas que hace tiempo no te pones…
En realidad, no importa lo que hagas, mientras tú lo disfrutes. De lo que se trata es de dedicar tiempo a eso que sabes que te gusta para recuperar la pasión por la vida. Para recordarte a ti misma que hay cosas con las que puedes disfrutar mucho, que la vida ofrece muchísimas más posibilidades de las que seguramente te planteas en tu día a día.
Vivimos en la era digital, y esto significa que hay infinidad de cosas a las que antes quizá no podías acceder pero que ahora están al lado de la pantalla de tu ordenador. Cursos online, grupos de intereses, clubs de lectura, masterminds, círculos de mujeres, hacer ejercicio sin salir de tu salón, etc.
Dedícate más tiempo, incluye en tu vida cosas que te nutran tanto por dentro como por fuera
Permítete descubrir cosas nuevas y actividades que te apasionen, porque quizá en alguno de estos elementos esté la luz que necesitas para darte cuenta de que puedes vivir tu vida como tú elijas, que no tienes que seguir el camino que nadie trace para ti ni tratar de tener la misma vida que todas las personas que te rodean.
¿Por qué tu vida tiene que ser como la de millones de personas? ¿Por qué no puedes diseñar tu propia vida y vivirla? ¿Qué te lo impide? Las excusas que te pones a ti misma. Todo lo que se te ocurra decir a continuación serán excusas producto del miedo. Pero está bien, porque el miedo forma parte de la naturaleza humana, y el primer paso para superarlo es reconocer que está ahí.
Sin embargo, mujer, no dejes que el miedo invada tu vida hasta consumir toda tu pasión y tu capacidad de disfrute. El miedo es un detonante que te avisa de cuándo te estás alejando de tu zona de confort, pero nunca debió de convertirse en una forma de vida.
Así que cuestiónate en qué medida el miedo está definiendo tu vida y tomando tus decisiones por ti. Descubrirás entonces cuánto has renunciado a la pasión por asumir un modelo de vida que ni te hace feliz ni te hace sentir plena.
