Vivimos en una sociedad donde la idea de lo que es femenino y lo que es el empoderamiento femenino la crean hombres o, en su defecto, mujeres con un concepto muy masculino de lo que es la naturaleza femenina y de cómo debería ser la mujer.
Esto ha hecho que, como mujeres, adquiramos una idea muy equivocada de lo que realmente es el empoderamiento. Del camino que se supone debemos recorrer hasta poder decir que “estamos empoderadas”.
Hablemos del empoderamiento femenino
Si te fijas, el concepto de empoderamiento femenino pasa porque nos comportemos igual que los hombres, que hagamos las mismas cosas que hacen ellos. Tener puestos elevados y de dirección en grandes empresas, que nuestra productividad nunca pare, seamos todoterreno y lleguemos absolutamente a todo. Que seamos fuertes físicamente y con mucha resistencia, que no pare nuestro ritmo, que seamos capaces de mantener relaciones sexuales de una noche sin ningún tipo de implicación afectiva…
Toda esta idea de lo que es el empoderamiento pasa por lo que para los hombres es más natural, lo que encaja mejor con su naturaleza. Pero todo esto, en realidad, no encaja con la naturaleza de la mujer. Nosotras no somos lineales, somos cíclicas por lo que, por ejemplo, nuestra productividad no puede ser siempre igual. Ni tampoco puede ser constante el ritmo que mantenemos todos los días.
La esencia de la naturaleza femenina se alcanza al estar conectadas con nuestro corazón
Entonces, ¿qué es eso de mantener relaciones sexuales sin que los sentimientos estén implicados? Esto es algo que pertenece a la naturaleza del hombre, pero no de la mujer. Y, por mucho que pueda costarte aceptarlo, por mucho que esta idea te genere resistencia y rechazo, hombres y mujeres NO SOMOS IGUALES. Somos distintos en infinidad de cosas, ¡y menos mal que lo somos!
Yo honro y adoro estas diferencias. Doy gracias porque la naturaleza nos haya hecho distintos en tantas cosas, porque es la única manera de encontrar el complemento que puede ayudarnos en nuestro aprendizaje y en nuestro proceso de desarrollo, hasta lograr a ser una mejor versión de nosotras mismas.
¿Qué ocurre cuando tratas de alcanzar un empoderamiento femenino que responde a un patrón masculino?
Que te vas alejando cada vez más de tu naturaleza, y esto te lleva a desconectar de tu esencia.
Y llegará un momento en el que no te reconocerás, en el que no habrá prácticamente nada en tu vida que te diga quién eres tú de verdad. Es como si creases una capa que te recubre por completo, y en esta capa están todos los comportamientos que crees que debes tener, todas esas ideas que te han metido en la cabeza de cómo debe ser una mujer empoderada y fuerte.
Todas esas creencias de qué es lo mejor que puedes hacer, de qué es lo que va en sintonía con esa idea de mujer tan genial que nos han vendido. Vamos a repasarlo juntas: una mujer que nunca para, no necesita descansar porque puede con todo, que es una súper woman y es estilosa. Una mujer que tiene una carrera profesional de éxito, en una profesión bien valorada por la sociedad, va a la moda, que usa a los hombres a su antojo, que tiene una vida social tremendamente activa, que no necesita a nadie en su vida porque ella sola puede con todo, etc.
El problema en los medios de comunicación
Mira, hace un tiempo vi un anuncio de unas compresas en la televisión, y me di cuenta de que el mensaje que toda la publicidad que vemos en televisión o en las revistas de productos para la higiene femenina, que son sobre todo compresas y tampones, es que tu menstruación no te detenga, que no te haga bajar tu ritmo por nada del mundo. Que si cuando estás con tu periodo quieres bailar, o hacer el pino-puente o trabajar 18 horas seguidas porque estás inmersa en un proyecto importantísimo, tengas la tranquilidad de que puedas hacerlo sin preocuparte de si vas a manchar o no las braguitas.
Porque a eso se reduce la menstruación a ojos de la sociedad: unos días al mes en los que puede que te manches las braguitas o no, y puedo que tengas algunos dolores o no. Punto. Uno de los mayores dones de los que nos ha dotado la naturaleza a las mujeres se reduce a este simplismo tan cutre. Nada más lejos del empoderamiento femenino.
¿Y quién hace estos anuncios? Pues hombres, o mujeres con una idea muy masculina de lo que debe ser lo femenino, como te decía más arriba. Porque la realidad es que llega el momento de tu menstruación y es posible que el primer día te sientas tan baja de energía que no te apetezca salir de tu casa o que tengas que quedarte en la cama incluso. Y aquí no hay presentación que valga, ni clase de zumba ni pino-puente, porque el cuerpo manda, lo queramos o no.
¿Cuál es la solución?
La solución no es llenarte de pastillas para adormecer el dolor y no sentirlo y poder ser esa mujer todoterreno que supuestamente tienes que ser. Eso no es empoderamiento femenino: a eso se le llama DESCONEXIÓN. Desconexión de ti misma, de tu cuerpo y de tus sensaciones.
Uno de los aspectos del auténtico empoderamiento es que conozcas tu cuerpo, que lo honres y lo respetes. Y esto requiere conexión con él, no que ignores toda la información que te da. Por seguir con el ejemplo anterior, la menstruación corresponde a unos días del mes en el que las mujeres debemos darnos descanso y reposo. Físicamente es la expulsión del cuerpo de un óvulo que no ha sido fecundado, es la muerte de uno de nuestros óvulos, una posibilidad de vida que ya no va a volver, porque todas las mujeres tenemos un número limitado de óvulos.
Así que, a nivel físico, la menstruación es la muerte de nuestro óvulo y esta muerte va acompañada de un sangrado que hace que un enorme porcentaje de las defensas de nuestro cuerpo y nuestro sistema inmunitario estén dedicadas en exclusivo al proceso de la menstruación. Es por eso que nos sentimos tan cansadas y con menos energía.
A nivel emocional, los días del sangrado deberían ser días de introspección, de recogimiento, de honrar la muerte de nuestro óvulo no fecundado, de conectar con nuestra sombra y con las energías de muerte y renacimiento que hay en nosotras, que son las energías de soltar y dejar ir y, al mismo tiempo, abrirse a algo nuevo. Porque la muerte de un óvulo también significa que va a comenzar el ciclo de otro nuevo. Una nueva posibilidad, una nueva vida.
Un momento único
Pero en lugar de honrar este momento tan sumamente íntimo y único ¿qué es lo que esta sociedad nos está diciendo que tenemos que hacer para ser mujeres empoderadas y muy cool? Que ignoremos nuestro ciclo, que ignoremos el dolor físico, que ignoremos nuestra sangre menstrual y que sigamos con nuestro ritmo de siempre: yendo al trabajo 12 horas, o yendo al gimnasio a darlo todo, o a una fiesta a bailar hasta las tantas de la madrugada.
Eso no es empoderamiento, eso es ignorar tu naturaleza, ignorar lo que te hace mujer. ¿Qué empoderamiento hay en ignorar quién eres? Para mí fue un shock tan enorme cuando me di cuenta de que constantemente estamos recibiendo del exterior una idea de cómo debemos ser las mujeres en esta sociedad supuestamente moderna y adelantada, en la era de la igualdad, que ignora por completo la naturaleza femenina y que masculiniza nuestro comportamiento y nuestras dinámicas, que me parece fundamental animarte a reflexionar sobre ello.
Conclusión: sobre empoderamiento femenino
No se trata de que hagas tuya toda esta información sobre la que estoy tratando de traer luz ni de que la absorbas sin más. Simplemente quiero que la leas y que la cuestiones, y que llegues a tu propia conclusión de qué es lo que hace para ti que una mujer esté realmente empoderada.
Cuando observas a una mujer y piensas “Wow, esta mujer me transmite fuerza, me transmite seguridad, una personalidad muy definida. Da la sensación de que no se deja manipular, sino que es fiel a sí misma pase lo que pase”. ¿Qué es lo que para ti hace que esa mujer te transmita esa sensación?
Reflexiona sobre ello y llega a tus propias conclusiones. Porque esa será la información realmente válida y valiosa para ti.
